El gran regreso de los seres estelares

Por El Barquero (Le Passeur).

No pasa más de un día sin que sean observados en alguna parte sobre el planeta de los OVNIS. Numerosas imágenes nos son transmitidas en la web por los testigos, así como las cadenas de televisión de diversos países. Incluso en Francia, donde hasta ahora el tema era inexistente aparte de burlas sin fin, comenzamos a hablar del fenómeno en la prensa tradicional, a la imagen del diario “Le Parisien” que tituló recientemente en líneas generales y en primera plana sobre el tema. Los OVNIS se muestran cada vez más y su presencia es por fin mediatizada. Hay buenas razones para ello.

Si nos remontamos a la posguerra para delimitar el vaivén del fenómeno OVNI, no está de más, sin embargo, el hecho de que el mundo moderno, ya que las huellas de presencia extraterrestre se remonta a los tiempos remotos. Todo los OVNIS no vienen de la Tierra, ya que algunos son militares y más bien de nuestra casa, pero buen número sí. Y antes de la segunda guerra mundial, hasta podemos afirmar que todos ellos procedentes de otros lugares. Varias civilizaciones humanas de la época reciente -digamos menos de 6000 años- dejaron a través de los escritos, las tradiciones orales y las huellas del arte de los seres venidos de las estrellas. Es por eso que, al término « extraterrestre », prefiero el menos negativamente connotado por la industria hollywoodiense, de « seres estelares ». Estos seres son la fuente de bienes, de los conocimientos de los que se benefician desde hace tiempo los humanos, y muchas veces impregnaron vivamente la aventura de la humanidad.

  

La historia de la Tierra no es la más restrictiva, la que es presentada por la ciencia como una verdad. Ya la ciencia misma posee múltiples pruebas de enormes errores y a veces de falsificaciones que siempre son enseñadas hoy en día, pero los egos siendo los que son y ciertos intereses que han sido hasta entonces poderosos, los cajones del olvido están llenos de estas pruebas, muchos de ellos relacionados con la arqueología. Que yo sepa, uno de estos descubrimientos, en una mina de carbón en África del Sur, indica las huellas de vida más antiguas que han descubierto hasta la fecha: tres mil millones de años! Estamos bastante lejos de los calendarios de la evolución propuestos todavía hoy por la ciencia. Sólo las de estos descubrimientos que se filtraron merecerían un artículo en pleno derecho sobre el tema. Vamos pues a dejarlo de lado para interesarse sólo por la presencia estelar entre nosotros.

Lo vimos en el transcurso de otros artículos presentes en este sitio (ver entre otros, ése), la Tierra fue en otro tiempo un santuario magnífico, abrigando una multitud rara de especies vivas y habiendo conocido varias Edades de Oro a través de varias civilizaciones mucho más avanzadas tecnológicamente, y sobre todo, espiritualmente que la actual. Por el grado de espiritualidad alcanzado, estas civilizaciones vivían en el seno de una matriz unificada que tenía como implicación una abertura de la Tierra a otros pueblos evolucionados del cosmos. En el transcurso de esta larga historia, llegaron seres cuya evolución espiritual no estaba en armonía con su evolución tecnológica. Esta implantación ha sido permitida por los planos de luz porque se inscribía en el ámbito de una nueva experiencia, que consistía en dejar la dualidad instalarse progresivamente en el seno de la ley del libre albedrío. A partir de ahí, la humanidad de entonces se alejó progresivamente de la Fuente. La experiencia quiso que se alejara más lejos de la Luz original y perder conciencia de la existencia de ésta y la memoria de sus orígenes. Los seres menos evolucionados que lo habían invertido, tuvieron todo el tiempo de afinar en los menores detalles la matriz de vida, de muerte y de reencarnación en la cual se extraviaron, repetidas veces, los humanos. Tanto decirlo, la experiencia fue mucho más lejos que cualquiera lo habría creído al principio, e hicieron falta grandes esfuerzos y mucho tiempo para remontar poco a poco hacia la Luz original que vive en nosotros y que es nuestra verdadera esencia.

Mientras tanto, los juegos egoístas batieron su record y los seres estelares evolucionados, respetando el libre albedrío de la humanidad, se retiraron poco a poco de la escena. El tiempo de la larga noche oscura del Hombre se había instalado. Hubo, sin embargo, numerosas incursiones de orígenes estelares durante este período. Incluso hubo unas batallas entre diferentes especies de evolución débil y espiritual, pero tecnológicamente adelantadas, cuya apuesta era las riquezas de la Tierra. Numerosas intervenciones genéticas han llevado a cabo en el ADN humano con el fin de orientar la especie según los intereses de los que dominaban entonces. En aquella época, las razas estelares dominantes eran de origen reptil y en su seno, todos no estaban de acuerdo entre ellos. Algunos consideraban al hombre como lo que él mismo hace hoy de su ganado, otros, más progresistas, le dieron los medios genéticos de sobrepasar un día la etapa de la pre-humanidad. Lo que hay que retener de esto, es que contrariamente a ciertas ideas muy difundidas hoy, todos los reptiles no son malos para el hombre y que ocultamos en nosotros, en el seno de nuestra herencia genética, una parte de los que son

Esta presencia reptil marcó muy fuertemente la historia de la Tierra. Hasta hoy. Si había que contar todos los testimonios de los que confesaron haberlo visto o vivieron secuestros -llamados abducciones- por algunos de estos seres, sin hablar de la mayoría que jamás se atrevieron hablar de ello, creo que haría falta más de una vida.

Lo que hay que comprender, es que esta presencia no resume la presencia de los estelares a ella sola. Es una de las facetas de esta presencia, aquella de la que se habla más, pero la que también genera por desgracia, más miedo. Más aun cuando, desde la segunda guerra mundial y más particularmente desde el caso del accidente de Roswell en 1947, los militares americanos recuperaron tecnologías, cuerpos y hasta por lo menos un ser vivo, que sirvieron para llegar a un acuerdo con una especie poco evolucionada, al mismo tuvieron la elección de hacerlo con seres espiritualmente evolucionados. El día en que esta historia será oficialmente reconocida -pero todo llega, Roswell viene de serlo por el FBI después de décadas de mentiras- el pueblo estadounidenses y el resto del planeta sabrán que el Pentágono vende riquezas mineras, animales y seres humanos con fines de experimentos genéticos a cambio de tecnologías que no benefician a la humanidad, sino a una categoría de gente que denunció ya públicamente el presidente Eisenhower en su momento.

Lo que esta gente tendrá que asumir para reequilibrar su karma, no interesa al juicio de los hombres. Habrá que quedarse aparte de todo esto y ocuparse ante todo del advenimiento del nuevo mundo que llevamos dentro de nosotros. Más aun cuando en aquella época, muy próximo ahora, los estelares estarán abiertamente de nuevo entre nosotros. Si hoy vemos cada vez más naves en el cielo y si hablamos de ello oficialmente cada vez más, es porque el famoso momento tan esperado de la divulgación se acerca. Entre los hombres, que por las funciones que cumplen están al tanto de la presencia estelar entre nosotros, un cierto número labora desde hace varios años, incluyendo en el seno de los gobiernos, para que la verdad prevalezca a la luz.

El trastorno será grande, no sólo porque muchos todavía viven en una burbuja donde nada de todo esto está presente, sino también porque con esta divulgación surgirán a la luz grandes secretos que conciernen a la verdadera historia del hombre, los inmensos poderes que les han sido retirados por quienes se sirvieron de él, los ritos abominables que perduran desde miles de años,  más generalmente, la amplitud apenas imaginable de la manipulación que fue la suya. Una vez más, el juicio no nos pertenece.

Convendría acordarse que todos nosotros nos adherimos plenamente a esta experiencia, años atrás, en el curso de nuestras vidas fuimos víctimas y verdugos, y que de todo esto finalmente surgirá una nueva luz de la que la brillantez iluminará mucho tiempo los pasos de los que buscan.

La gran historia de la Vida en el seno de los universos responde a las leyes del amor incondicional. Los pueblos se ayudan mutuamente en su evolución en función a esta ley que cada uno respeta para su gran rectitud y porque es la vía del ascenso hacia la Fuente de todo. No se trata de un concepto etéreo que se miraría como un icono de una divinidad inaccesible, pero una savia que fluye en cada uno de nosotros y que encarnamos con pleno derecho una vez los juegos desenmascarados del ego y este último devuelto a su sitio. Jamás insistiré bastante sobre eso: el ego es la primera cosa de la que cada uno tiene todo interés en ocuparse con lucidez, una gran parte de los artículos presentes en el Despertar concierne a los medios de su control

Llegamos pues, en este fin de ciclo en el momento en el que vamos a reanudar con la unidad. Estará acabado por el sentimiento de separación que nos dio forma y es pues en el límite de esta etapa que se mostrarán con moderación nuestros hermanos y hermanas de las estrellas, así como los venidos de planos más próximos. Vamos a reanudar con muchas situaciones que habíamos relegado en el curso del tiempo por ignorancia al nivel de las leyendas y otras mitologías. Todavía habrá que dar prueba de discernimiento, tenemos siempre nuestra responsabilidad y nuestro libre albedrío en la manera en la que llevamos el timón de nuestras existencias. Tal vez, finalmente no tendrán más los medios, pero pienso que los titiriteros del mundo tienen la voluntad de sembrar el desorden y que veremos naves de origen terrestre intentar sembrar la confusión queriendo simular una agresión. Pienso también que a esta ocasión se presentarán posiblemente seres estelares poco evolucionados espiritualmente y quienes intentarán aprovechar una última vez de toda esta agitación. Es una posibilidad. Pero se presentarán también nuestros hermanos y hermanas aliados en la evolución y no tengo ninguna duda que les sentiremos sin vacilación como tales.

Por una vez daré parte de mi experiencia porque posiblemente puede aportar un interés en esta situación. Me ha sido dado muchas veces en mi vida de viajar fuera de mi cuerpo y a encontrar sobre sus mundos algunas de estas especies. Lo que se siente entonces en este entorno y que no es expresable se llama el amor incondicional. Es un sentimiento único y estable, penetrando cada una de sus células y que le sumerge en un bienestar lúcido que no es posible describir. Poco importa la apariencia de un ser. Cuando se expresa intencionalmente aunque sea un poco de esto, se puede confiar en él. Otros, menos avanzados en el camino, son simplemente incapaces para ello, esto no es compatible con la vibración que es la suya.

Para volver a las apariencias a las cuales no estamos acostumbradas, ya, habrá unas precauciones tomadas por parte de nuestros amigos, pero recuerde también que el mundo animal nos propone a diario apariencias extraordinarias si debemos compararlas con la nuestra. ¿Dónde está la diferencia? Quiere a su perro y a su gato, él también le quiere, a veces duerme con usted. Trate pues, de verlo un poco como un ser venido de otra parte y compare su apariencia con la suya.… Ya ve, no es tan difícil de aceptar y de amar formas de vida tan diferentes de la nuestra. Es la benevolencia y el amor que nos une más allá de la forma.

La vida hormiguea a través de las galaxias, un montón de galaxias, el universo, multiverso, reviste formas más o menos densas, a veces gaseosas, geométricas o luminosas, la mayoría de las veces invisibles a la vibración que llevamos, y de una variedad sin límite. Pienso, no obstante, que si lo pueden, para facilitar la recuperación de contacto, nuestros amigos van primero a presentarse a nosotros con apariencias más fáciles a aceptar. Por otra parte La forma humanoide es bastante difundida en los alrededores y no olvidemos que nuestros genes están mezclados a los de varias otras especies estelares. Nosotros mismos, por lo menos bastante de entre nosotros que leemos estas líneas, vivieron en otras formas que la que es hoy la suya, sus orígenes siendo a menudo de otro lugar que sobre la Tierra.

Tenga confianza en todo lo que llegará, incluso si pasara que los acontecimientos puedan ser desestabilizadores o que momentáneamente parecen tomar la apariencia de un mal giro. Está en primera fila de un acontecimiento que espera desde hace tanto tiempo que no puede creer que esto vaya a llegar por fin, ha laborado durante numerosas vidas para preparar esta gran báscula. Gaïa volverá a ser la joya que era, aureolada como cada uno de vosotros de un nuevo sello en su aura, que la destinará a grandes honores y a establecerse en santuario donde numerosos seres vendrán de todas partes sacar un conocimiento inestimable. Una Alegría y una Paz profundas y regeneradoras colorearán todos los reinos de vida que llevará. Algunos de nosotros escogerán quedarse allí, otros no. Pero nuestro vínculo con ella será siempre indefectible. Tal aventura no se olvida.

Fraternalmente,

© El Barquero – 12 de Agosto del 2011 – Traducido por Elia.

Versión original en francés

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