Muchos siguen sin ver nada , y sin embargo el cambio que se ha efectuado desde hace bien poco es asombroso. Otros lo sienten en el cuerpo y en la mente ya que, aunque hasta el momento no haya habido visiones espectaculares, en efecto, un gran cambio ha tenido lugar a finales de 2012.
Primero en nosotros …. ya que todo lo que nos rodea siempre ha estado ahí, consumado y perfecto en su principio, pero por otro lado, nosotros no siempre hemos estado aquí, en la conciencia de la amplia gama de posibilidades que nos rodean, en la conciencia de lo que esto significa para nosotros, en la conciencia de lo que ello implica en términos de nuestra capacidad permanente de crear. Estuvimos mucho tiempo bajo la influencia de mecanismos inconscientes y repetitivos. Ahora, la jaula está abierta, la abundancia está al alcance, solo basta con percibir y creer en ello para que por fin la metamorfosis se realice plenamente.
Bajo la varita cósmica del misterioso director de orquesta, las convergencias nos han colocado en las mejores condiciones, a pesar de nuestras creencias y apegos que nos atan a la ilusión que mantenemos de lo que es el mundo en el que tratamos de evolucionar como nos han enseñado . ¿Durante cuánto tiempo todavía permaneceremos limitados a lo que nunca hemos puesto en duda?, ¿ o, finalmente hemos de remodelar la realidad sin tener que estar sometidos a ella? En la medida en que estamos de acuerdo con nuestra alma – la famosa voz interior que a veces hace tanto ruido – ahora podemos fácilmente atraer lo que queremos. Es la estación de enlaces anunciada, aquella en la que los cambios de agujas nos llevan sobre líneas temporales correspondientes a nuestra vibración; que es casi lo mismo que decir, « lo que creemos ». Que lo queramos o no, la resonancia nos lleva hacia donde somos presentidos, pero para muchos de los que están en el umbral de sus indecisiones,, es importante tener en cuenta que la visión del mundo que nutren en ellos los empuja hacia la línea de tiempo que hace eco a esta visión. Siempre he dicho que lo que hace la diferencia en el gran teatro de la dualidad, es la naturaleza de la mirada que dirigimos a todo. No he cambiado de opinión.
El aglutinante que mantiene la adhesión de nuestros pensamientos, los mantiene en el fino y sutil arte de la guerra, desde sus aspectos más crudos a los más finos. Este aglutinante tiene como origen una infinita y variada paleta de creencias fundadas en nuestro miedo a sufrir. El miedo mezclado de la expresión de pareceres y opiniones, de carencias, pérdidas y abandonos , de traiciones y muerte, así como nuestra capacidad para, más o menos, dejarlos atrás; todo ello define la paleta de colores primarios de la personalidad a lo que se ajustaran los infinitos matices que tratarán de mantener equilibrio del más o menos tambaleante edificio. Así, el ego en su trayectoria de funámbulo dibuja su fuerza y calidad en función de la cuerda sobre la que subió y que él solo – en realidad – decidirá si desea o no continuar. Nuestro ego perpetúa con su danza de vida y muerte, mientras sigua siendo la sede pensante de nuestros miedos y de los mecanismos que ha desarrollado para acomodarse. Esto se debe a que ha sido atrapado por la viscosidad del engrudo que nos lleva de nuevo a su nivel habitual de supervivencia. Y por ello, aligeramos la carga que poco a poco se libera mientras el ego aterrorizado piensa perder su identidad y disolverse en la nada.
Recuerden al recién nacido que fueron cuando en un último impulso desesperado por la supervivencia, tuvieron que aceptar el aire en los pulmones que hasta entonces no habían conocido sino el líquido amniótico. Cuando el ego está perdiendo la identidad – lo que se traduce por el ser identificado a su ego, por su propia pérdida de identidad – es que ha llegado al punto en el que tendremos que llenar los pulmones de aire para expulsar el líquido y así encontrar el camino de la liberación del recién nacido. Tras lo cual se inicia un nuevo campo de experimentación. (LINK)
El cambio que ha tenido lugar y que poco a poco impregnará a toda la humanidad que haya hecho la elección, es del orden de la exploración de un nuevo campo de experimentación basado en otro sistema de respiración, el modo universal. Los más avanzados en el camino se encuentran en la fase inicial de poner a cero el disco duro y el sistema operativo de nuestros vehículos terrestres ( utilizo este término sin referirme al cuerpo o psique para no limitarnos a estos conceptos solamente). Son a estos quienes corresponde re-imaginar, como exploradores, la manera de abordar la experiencia humana. Nada se puede hacer sobre la base de los viejos patrones que funden y aplican la experiencia pasada. Todo esto ya se ha dicho en otros artículos anteriores, pero henos aquí – desde el punto de vista de la trama temporal que nos impregna – en el punto exacto de la nueva experiencia dejando atrás las teorías fundadoras para entrar en el campo de aplicación. Nos preparamos con los primeros ejercicios todos los días y no hay nadie más que nosotros para decidir queya es hora de empezar.
Estos ámbitos de aplicación, Tan diferentes sean los unos de otros, tienen todos en común la energía de la creación que los genera. Nosotros somos los que llevamos esa energía hasta la materia. Somos los átomos organizadores de átomos, somos en todo momento los creadores en varios niveles de realidad entre los cuales algunos van más allá de nuestros cinco sentidos habituales. A menudo hemos abordado aquí el pensamiento creativo, pero me gustaría hablar hoy desde un enfoque muy pragmático para presentar nuestra co-creación, que nos lleva al ejercicio de la Presencia, el principio de inspiración y exhalación; y su relación a la visión elevada que presiden en el seno de cualquier sistema.
No invierta más en la energía del fino arte de la guerra , pero en la energía que lleva la semilla hasta la eclosión de la flor que se siembra la semilla.
Ya no tenemos que luchar contra nada, ya no hemos de forzar las cosas, ya no tenemos que imponer ningún punto de vista, ya no tenemos que exigir nada de nadie ni de nada. Del mayor al menor, todo se inscribe en el flujo y reflujo de una vasta respiración profunda, que define los ciclos de la creación ( ver Le temps des grandes marées). Conscientemente, dentro de nuestro cotidiano de materia-carbono, pero también de materia cristalina, podemos insuflar esta respiración en todo lo que emprendemos. Estar Presente a sí mismo, en el instante de todo acto, de todo intercambio de palabras y de pensamientos, permite inscribirse naturalmente en el flujo y reflujo de la vida, en su rectitud. No se trata de buscar el control, sólo de estar Presente, es decir, ser plenamente concientes del momento que vivimos, pase lo que pase o sin importar lo que hagamos.
Esto significa que colocaremos CONSCIENTEMENTE todo lo que emprendamos, grande o pequeño, en la perspectiva del movimiento natural de nuestro Universo. La inhalación (preparación a cualquier acto creativo) consiste en traer a nuestra conciencia del instante, este nuevo enfoque. El problema aquí no es de tratar de comprender algo del equilibrio de fuerzas en juego, sino simplemente colocar lo que formulamos en un contexto más amplio, cuya visión global no captamos, pero de la que sentimos si estamos en resonancia o no. Relacionar así la experiencia del corazón con la aceptación del mental, permite que se relaje y fluidifique su resistencia.
En la inhalación nos llenamos de la esencia de la vida, con toda la amplitud de su misteriosa profundidad, nos situamos en la armonía. En la exhalación infundimos a la creación que hacemos nacer, lo que hacemos de esta llama. Como el alfarero que en conciencia tornea la tierra, inhalo la luz que me ha sido dada, exhalo lo que la alquimia, de lo que es y de lo que soy , está en medida de ofrecer a su vez . Tal es el ciclo armonioso de la creación que la Presencia a nosotros mismos permite expresar en la materia. Fuera de la Presencia, el Yo se hace cargo de nuestras creaciones en la medida que detiene todavía el aglutinante de sus creencias y temores y los da a quien los toma. Y así seguirá por un tiempo: el viejo mundo se agrieta por todas partes.
Por eso, para los que están ahí y no lo han integrado totalmente, un gran vacío parece asentarse ahí en la energía donde el emprendedor tiene problemas para encontrar su dinámica; y donde, a menudo, el exterior a sí mismo no responde a las solicitudes. No es que usted no esté en su lugar, ni mucho menos que usted no tenga un lugar, no es que se haya perdido un enlace o algo haya ido mal en alguna parte; no, lo que pasa es que el gran cambio que se ha producido le pone en la necesidad de dejarse llevar por esta nueva energía, para estar en prioridad en la recepción de lo que venga , sea cual sea la proyección molesta que encuentre en sí mismo. Nada de lo que se emprenda con el antiguo arte de la guerra, funcionará a partir de ahora, tenemos que ser conscientes; esto es lo que se está integrando en la densidad de nuestros cuerpos físicos.
La energía positiva de nuestra experiencia de vida ha cambiado definitivamente desde hace mucho tiempo. Esto no es un simple cambio de voltaje, es un cambio de fuente de energía. Ahí , o en la experiencia del Yo , el equilibrio de fuerzas era ley en el principio de acción-reacción; a presente, en la experiencia de la conciencia superior, la entrega a lo que viene nos ha puesto en el flujo armonioso de la vida. No es que no debamos proyectar ya nada más, es que lo que está destinado a ser proyectado tiene que ser llevado por la Presencia a Sí mismo, y no enfrentarse ya a lo que nos presenta la experiencia. Estar en la acción que preside nuestra intención y recibiendo al mismo tiempo lo que viene; permaneciendo abierto a todo y por lo tanto listos para seguir lo que nos sugiere la vida, aunque parezca a priori que nos alejamos de la meta deseada. De hecho, cuando este es el caso, el Universo nos facilita las cosas que nos habíamos complicado sin darnos cuenta. Confiemos en él, porque no nos desea ningún daño. Si nos aferramos a su simplicidad y si nos concertamos con él, recibimos su abundancia infinita, de lo contrario, damos la espalda a sus propias ofrendas. La alegría y la gratitud son dos sentimientos que nos ayudan infinitamente a concertarnos en la armonía.
Por lo tanto, no colocamos más piedras a través de la corriente del río en la ilusoria voluntad de poder del ego, pero escuchamos el canto del agua y de los sauces y, saludamos en silencio la paciencia de la garza, nos reímos de la travesura del pájaro que robó nuestro pan, seguimos el vuelo azulado de las libélulas y las ondulaciones de la serpiente nadando. Nosotros SOMOS el río, somos TODA Vida que da la bienvenida, ahora somos conscientes en el recogimiento, y ya no podemos construirnos arrogantes presas a nosotros mismos.
Así todo es nuevo y nada lo es. Ahora que hay aire y que nuestros pulmones se inflan, lo que percibimos de nuevo a partir de esta nueva energía está, de hecho, presente desde siempre en nuestras memorias. Sólo tenemos que activar nuestro conocimiento de ella y calmar nuestros reflejos de la era del Ego; compartir nuestras experiencias y nuestros entendimientos mutuos nos ayuda a hacerlo. Los exploradores que somos debemos recordar los principios portadores de energía simple y poderosa de toda la creación que conocemos tan bien. Este es el momento de retomar nuestra libertad y de marcar las balizas para los que llegan.
Lo cual en este contexto, la experiencia de nuestras encarnaciones en este plano dual, donde el sufrimiento se ha convertido finalmente en un motor, ¿ha sido útil? Pues bien, precisamente porque en la compleja alquimia de la trascendencia de nuestras sombras, lo que insuflamos en la exhalación creadora emite destellos por algo más misterioso y poderoso que lo que nace de la luz pura. No tengo la visión general de las múltiples facetas de esta nueva riqueza, pero sospecho que es infinitamente preciosa.
Fraternalmente,
© El Barquero – 19 de Enero 2013 – Traducido por Mª José
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